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Lasso inicia la explotación petrolera de Ishpingo A en el Yasuní

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Las imágenes de los últimos días con el presidente Lasso celebrando el comienzo de la extracción de petróleo en Ishpingo A visibilizan la innegable continuidad extractiva entre los gobiernos de Correa, Moreno y Lasso. Los tres presidentes prometieron proteger el Yasuní, hablaron de la importancia de sus pueblos y la inigualable biodiversidad, pero fueron escalando las actividades extractivas, poniendo al borde del etnocidio a los pueblos aislados del Yasuní. En el caso del actual gobierno, la situación es aún más grave. Recordemos que en varias ocasiones durante su campaña electoral, se comprometió a no explotar el Yasuní y cuestionó la política extractiva de sus predecesores. Sin embargo, inmediatamente después de que asumiera la presidencia del Ecuador, hizo lo contrario. 

Durante los últimos 8 años, el colectivo YASunidxs ha levantado una lucha contra la explotación petrolera del Yasuní, recientemente se logró que la Corte Constitucional prohíba la explotación petrolera en la franja de amortiguamiento de la zona intangible Tagaeri-Taromenane. La sentencia de la Corte Constitucional es clara respecto a la protección de esta zona, sin embargo, el actual gobierno continúa con la construcción ilegal de las plataformas Ishpingo A y B. 

Para explotar el Yasuní, la Asamblea Nacional en el 2013 impuso una serie de límites con el fin de garantizar la vida de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV) y los derechos de la naturaleza, como la prohibición de explotar dentro de la ZITT y su franja de amortiguamiento, la garantía de que el titular y responsable de la operación de los bloques 31 y 43 sea la empresa pública nacional de petróleos, quien debió asegurar el cumplimiento de los máximos estándares sociales, tecnológicos y ambientales; asimismo, la limitación de explotación en 300 hectáreas impuesta por la consulta popular del 2018. Todos estos límites han sido incumplidos por parte del gobierno: la explotación de Ishpingo A y B afectan directamente el territorio de los pueblos indígenas aislados, sucesivas inspecciones han mostrado que se usan mecheros, carreteras y generadores eléctricos in situ, que una empresa china es la operadora del bloque ITT, y que todos los estudios muestran que las 300 hectáreas ya han sido rebasadas 3 o 4 veces más

Frente al incumplimiento de la Declaratoria de Interés Nacional, y pese a los múltiples comunicados que hemos hecho desde YASunidxs, la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional presidida por el asambleísta Washington Varela, no ha hecho nada al respecto.

En este contexto, diversos sectores alientan a que se cometa un genocidio en el Yasuní. El más temeroso ha sido el del economista neoliberal Walter Spurrier, quien públicamente propone expulsar a los PIAV de sus territorios, hacia otros lugares donde no haya reservas de petróleo. Por su parte, el ex presidente Correa también se pronunció a favor del supuesto derecho que tiene el presidente Lasso a la explotación del ITT. Más allá del evidente genocidio que supone la “movilización” de pueblos aislados, para asegurar la renta extractiva, nos sorprende como las derechas neoliberales y progresistas se alinean, determinando qué vidas importan y cuáles son sencillamente desechables.

Ante este panorama desolador para el Yasuní y los pueblos indígenas que lo habitan, consideramos imprescindibles dos puntos: 

  1. Como YASunidxs, mantenemos nuestro compromiso por la defensa de la vida y sus pueblos, independientemente del gobernante de turno. Sabemos que el proyecto de las élites ecuatorianas (sean estas neoliberales o progresistas), se basa en la explotación de la naturaleza, los pueblos y la renta extractiva. 
  2. Seguiremos denunciando nacional e internacionalmente, todas las vulneraciones a los derechos humanos, colectivos y de la naturaleza, en especial aquellas que configuren el delito imprescriptible de genocidio. 

YASunidxs 

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