Aquí podrá encontrar varias de las preguntas y mitos frecuentes hacía Yasunidos
Los y las ecologistas han estado siempre apoyando el proceso de los compañeros amazónicos afectados por Chevron-Texaco. En 1990 surgió la campaña Amazonía por la Vida con el objetivo de denunciar las operaciones de Texaco; la primera acción de APLV fue exigir una auditoría ambiental en la zona. En 1992 la campaña estuvo presente en la primera propuesta de demanda, un año más tarde lanza la acción “Que Texaco limpie lo que ensució”. En 1995 presionó al Ministerio de Energía Minas y Petróleo para que no firme el convenio de liberación de responsabilidades. Hasta el 2005 se mantuvieron movilizaciones y en ese mismo año inició su participación como veedora del juicio.
Sin embargo, actuales funcionarios del estado como Ivonne Baki o Wilson Pástor (entre otros) estaban del lado de Texaco, en el caso de Pástor, actual embajador del Ecuador en Austria, trabajaba en la Operadora del Consorcio CEPE – TEXACO como Gerente Financiero (1988 – 1990) e Ivonne Baki, en el 2004, cuando ocupaba el cargo de Ministra de Comercio, buscaba desechar el juicio contra Chevron-Texaco interviniendo en el ALCA a favor de la liberación de responsabilidades de Texaco.
Para más información se puede descargar las alertas verdes colgadas en la web de www.accionecologica.org sección “petróleo” como la N° 83 “Todos somos afectados por Texaco” (1999).
Cuando Colombia invadió Angostura, las relaciones colombo-ecuatorianas pasaron por una crisis diplomática, robar petróleo de otro país significaría una demanda por violación al derecho internacional y sería seriamente mediatizado y polemizado; además, robar ese combustible fósil requeriría de 3 a 5 años de planificación y exploración hasta conseguir el primer barril, posteriormente son 12 años de extracción; ¿17 años de robo sin un conflicto internacional?
La explotación de petróleo requiere de pozos con tuberías verticales, de 800 a 7.000 metros para llegar a los yacimientos en el subsuelo donde está el crudo; actualmente existe tecnología que permite extraer el petróleo de forma horizontal; sin embargo, la longitud máxima de explotación no superan los 3km de horizontalidad y los yacimientos del ITT están a más de 20 km de la frontera con el Perú; se debe tomar en cuenta que la ley internacional cuenta con una zona de amortiguación en cada frontera que prohíbe asentamientos no sólo militares sino también petroleros. Finalmente, el Perú no tiene una producción petrolera en la zona como para “aprovechar” las instalaciones.
Primeramente es importante recalcar que el Ecuador ha extraído petróleo un poco más de 40 años y poco o nada podemos ver de esos millones de barriles. Actualmente debemos apuntar a convertirnos en un país post petrolero que puede (además de enseñar al mundo entero la importancia de respetar los derechos humanos y los derechos de la naturaleza) ofertar lo que será importante en el futuro, en otras palabras bioconocimiento, turismo (tanto científico soberano como comunitario) y energía renovable.
En el caso del bioconocimiento sabemos que la genética que esconde (aquella que estamos dispuestos a sacrificar) el Yasuní guarda secretos como hongos degradadores de poliuretano (plástico). El turismo actualmente en el Ecuador genera 25 más plazas de trabajo que el petróleo y podemos observar cómo comunidades amazónicas que concentran sus actividades económicas en turismo, gozan de mejores condiciones de vida que aquellas que dependen directamente de la industria petrolera como el caso de la comunidad Añanku.
Hay otras propuestas que pueden generar mayor repartición de dinero en el Ecuador, como lo es la focalización de subsidios, la nacionalización de la telefonía celular, y la recadecuación de un 1,5% de impuestos a los 110 grupos económicos más grandes del país (aquellos que concentran el 64% de todo el PIB ecuatoriano).
El Yasuní es la gallina de los huevos de oro, no matemos a la gallina.
Del Yasuní se ha extraído petróleo desde los años ochenta; en la actualidad, 6 bloques petroleros operan dentro del parque, por lo que el 79% de la reserva de biosfera Yasuní ya se encuentra intervenida por actividades hidrocarburíferas, es decir mucho más de las 982 hectáreas que significaría el “1xmil” del Yasuní.
Además el 1×1000 solo toma en cuenta el área de afectación por deforestación directa, no se están tomando en cuenta otras variables cómo: caceria y tala ilegal, derrames de crudo (1 semanal en el Ecuador), contaminación sonora, sismica 3D, expanción de la frontera agrícola, entre otras.
El Colectivo de Geografía Crítica una simulación respecto a cuál sería el porcentaje de afectación del Bloque 43 (ITT) en caso de que se llevara a cabo la explotación petrolera, en el cuál señala que se afectarían más de 64 mil hectareas.
Primeramente explotar el Yasuní no es gratis, el presupuesto para extraer crudo del ITT sobrepasa los 5000 millones de dólares, ¿no sería mejor invertir eso directamente en escuelas y viviendas? En segundo lugar, El Plan del Buen Vivir 2013-2017 (instrumento al que se sujetarán las políticas, programas y proyectos públicos; la programación y ejecución del presupuesto del Estado; y la inversión y la asignación de los recursos públicos; y coordinar las competencias exclusivas entre el Estado central y los gobiernos autónomos descentralizados) está financiado sin los ingresos petroleros de la extracción del ITT para disminuir la pobreza al 20%, bajar la desnutrición en la población infantil y mejorar los indicadores de educación, por lo que explotar el Yasuní, no es necesario.
Finalmente, los últimos análisis revelan que el Ecuador no recibirá 18 mil millones de dólares por el petróleo del ITT, sino alrededor de 14 mil millones en el mejor de lo casos; este valor será aún menor si se sigue la recomendación de la Asamblea y no se explota el pozo Ishpingo que se encuentra dentro de la Zona Intangible.
La crisis de los ochentas y noventas nos afectó a todos, ésta se dio por nuestra dependencia petrolera y la deuda externa que ésta generó. El cambio climático antropogénico, es decir, acentuado por el ser humano, no sólo cambiará las temperaturas de nuestro planeta sino que el nivel del mar subirá, la lluvia será más escaza modificando la agricultura y ganadería global y el agua dulce se reducirá considerablemente, es decir, el cambio climático afectará nuestro día a día a tal punto que será necesario salir de las ciudades porteñas, consumir ciertos alimentos, buscar otras fuentes de agua consumible e idear otros medios para movilizarnos debido a las altas temperaturas atmosféricas. Dejar el crudo bajo tierra del bloque ITT es la primera iniciativa real para combatir el cambio climático, la explotación del ITT significaría emitir a la atmósfera más de 1000 millones de toneladas de CO2, más que las emisiones anuales del Brasil.
Finalmente, si nuestra casa estuviese siendo saqueada, ¿no nos gustaría ser auxiliados por nuestro estado, por nuestros vecinos y por nuestros hermanos?