Propuestas económicas para dejar de explotar el
Yasuní ITT
Yasuní, en una hectárea hay más biodiversidad que en toda Norteamérica
Foto: Murray Cooper
En Ecuador hay un derrame petrolero cada semana. No existe “extracción limpia”
Foto: Murray Cooper
Lo que produciría explotar el Yasuní-ITT apenas cubre dos años de burocracia
Foto: Murray Cooper
El Yasuní es territorio de los pueblos en aislamiento voluntario. Explotar es etnocidio
Foto: Murray Cooper
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Argumentos
EXISTEN ALTERNATIVAS
Los ingresos de los 110 grupos económicos más grandes del país representan el 62% de todo nuestro PIB. Estos ingresos crecieron 9% entre el 2011 al 2012 y llegaron a ser 40 mil millones de dólares.
Sólo los 10 grupos económicos más grandes del país (como Banco del Pichincha, Andes Petroleum, El Juri, La Favorita o Banco de Guayaquil) tuvieron en el 2012 ingresos por 12 mil millones de dólares. Sin embargo, para los grupos económicos se ha reducido el porcentaje de la carga tributaria del Impuesto a la Renta que pasó del 2,14% (en 2011) al 2,01% (en 2012), es decir, los impuestos que pagaron decrecieron 6,18% a pesar de que sus ingresos crecieron 9%.
Esta tendencia se acentúa con los 20 más grandes que tuvieron un decrecimiento del 10% mientras que sus ingresos se incrementaron casi en la misma proporción.
LA VIDA Y LOS DERECHOS HUMANOS
POR QUÉ SUMARSE A YASUNIDOS
Somos un colectivo de colectivos diverso e incluyente, somos personas organizadas en defensa de la vida en todas sus manifestaciones y formas, buscamos una participación activa en la toma de decisiones de nuestro país y el mundo, pues ellas determinan nuestra vida cotidiana y nuestro futuro.
Partimos de una realidad de devastación ambiental y el cambio climático, producto de una ideología que ha puesto sus esfuerzos y expectativas en las promesas de una sociedad capitalista y antropocéntrica donde la vida no es más que una mercancía.
Queremos transformar nuestras relaciones intersubjetivas con la naturaleza y el resto de animales, en función de frenar la historia de destrucción y muerte.
Somos apartidistas pero respetamos la organización de partidos políticos o grupos derivados de éstos, así como sus acciones, historias y espacios. Sin embargo, exigimos también respeto a nuestras formas de expresión política, cultural, estética, subjetiva, etc. manifestaciones, cuyo valor principal es la diversidad, que como en el Yasuní, cohabita la vida en todas sus formas armónicamente.