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MILES DE PASOS SE JUNTAN HACIA LA COP 20 ¡NO SON ELLOS, SOMOS NOSOTRXS!

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Hace 22 años en este mismo continente se traía a la mesa de negociaciones la crisis del cambio climático. Muchas propuestas evasivas, pretensiones de hacer de la crisis una oportunidad para los negocios, negaciones, silencios y cuantiosas tragedias materializan la crisis climática en los territorios. Un balance de 22 años de indiferencia y cinismo.

Gobiernos, bancos e intereses corporativos, nacionales y trasnacionales, siguen invirtiendo en la destrucción de los bosques, ríos, mares, selvas, páramos, manglares, montañas y desiertos y glaciares espacios de vida que terminan siendo sacrificados a nombre del “desarrollo” y el “progreso”.

En estos 22 años estamos muy lejos de creer que la solución vendrá de los gobiernos, que el mercado contribuirá a la conservación o que la mercantilización de la naturaleza permitirá proteger el clima. Por eso hoy decimos con fuerza “No son ellos: ni los gobiernos ni las empresas, las que decidirán sobre nuestro futuro; Somos nosotros, somos todos”.

Nuestra mirada está en las comunidades indígenas que han sabido conservar los territorios y su naturalezas , en lxs campesinxs que luchan por proteger sus tierras y las semillas, en las mujeres que trabajan cariñosamente en los ríos, en lxs niñxs que mantienen viva su capacidad de fascinación por la naturaleza y en lxs habitantes de las grandes urbes que se saben despojadxs de sus derechos y territorios. Nuestrxs guardianxs.

Nosotrxs, lxs mismxs que somos, caminamos hasta aquí para contagiarte (contagiarnos de la certeza que el mundo que queremos ya existe), como existen los colores de la tierra, los soles que nos brillan y los caminos de lxs guardianxs que defienden los territorios en todo nuestro planeta.

Por eso convocamos:

– A encontrarnos rumbo a la COP20, juntar nuestras historias, miradas y pasos que exigen justicia climática bajo estos ejes rectores:

  1. Mantener los hidrocarburos bajo el suelo es prioridad para frenar no sólo la devastación ambiental, sino poner fin a uno de los males que tanto han lastimado y cambiado el ritmo climático en muy pocas décadas.

2. Proscribir la mercantilización, y financiarización de los bosques y la servidumbre y esclavitud de de la naturaleza, con la certeza de que no son una solución para disminuir las emisiones de gases con efecto invernadero a la atmósfera, al contrario, los servicios ambientales, mantienen a los pueblos y a la naturaleza sometidos al capital; estas estrategias son una nueva forma de colonialismo y racismo ambiental, que destruyen los ecosistemas, rompen el tejido social comunitario y fracturan la organización social.

3. Las aguas tampoco pueden seguir siendo concebidas como mercancía. El apresamiento de ríos y los proyectos hidroeléctricos son un eslabón del corredor minero-energético y mantienen la ampliación de la devastación ambiental.

La agresividad con la que se pretende expandir la ocupación de territorios no depende del color político de los gobiernos sino que está vinculada a la manutención de una modernidad con un orden capitalista institucionalizado y global, bajo las mismas lógicas de acumulación a expensas de la naturaleza y de los pueblos.

No son ellos los que encontrarán las soluciones, somos nosotrxs, lxs inadaptadxs al cambio climático, lxs que podemos y debemos contener la guerra contra la vida.

CALENDARIO

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