¡Al fin tenemos la consulta por el Yasuní!
| Pronunciamientos
#DíaMundialDelMedioAmbiente
El CNE ha fijado el 20 de agosto de 2023 para realizar la consulta popular por el Yasuní. Este no es un triunfo solo del diverso grupo de activistas que conforman YASunidxs, que somos quienes hemos sostenido el proceso legal y social en estos diez años, sino de todo el Ecuador: de las 756.723 personas que firmaron para que se diera este proceso, de las numerosas personas que participaron en la campaña de recolección de firmas en el 2013, de las organizaciones y colectivos que levantaron este enorme trabajo en todo el país; este es un triunfo también de todas las personas que no pudieron firmar por ser menores de edad u otros motivos, pero con quienes coincidimos en la urgente necesidad de construir otro modelo de vida más justo, redistributivo y de cuidado con la naturaleza.
En estos diez años, se ha confirmado que las supuestas grandes reservas de petróleo que se decía que existían en el bloque petrolero ITT, en realidad no son más que una brea que no puede ser explotada ni comercializada. A pesar de esto, empresas petroleras chinas, estadounidenses, bielorrusas, brasileñas y ecuatorianas se han llevado enormes ganancias por los contratos de construcción de plataformas y demás infraestructura petrolera en los campos. Esto no es una novedad, pues en 50 años de explotación petrolera en nuestro país, los resultados son nefastos: la desaparición de pueblos indígenas, el aumento de la tasa de cáncer y otras enfermedades catastróficas en las poblaciones donde se encuentran las actividades extractivas y un país dependiente del petróleo que está sumido en el empobrecimiento y la ausencia de posibilidades futuras reales. Esta situación se ha visto agravada por la ausencia del Estado que aún frente al alarmante crecimiento de la violencia no tiene políticas de inversión social que apunten a disminuir la enorme desigualdad existente.
Frente a la herencia dolorosa e injusta que nos ha dejado la explotación petrolera en estas décadas, esta consulta decidirá si el petróleo que aún contiene el bloque ITT en el Yasuní se queda en el subsuelo. Es la oportunidad de detener la destrucción del bosque amazónico, hogar de los últimos pueblos indígenas en aislamiento y el mayor lugar de biodiversidad del planeta y es también la posibilidad de empezar a cambiar el rumbo del Ecuador hacia un futuro acorde a las urgencias del cambio climático y la crisis ecológica. También es la oportunidad de repensar el modelo económico del Ecuador, en un contexto en el que quedan reservas petroleras para menos de 15 años. Se trata de la primera consulta a nivel nacional promovida desde la ciudadanía, y la primera consulta a nivel mundial que propone priorizar la vida por encima de la extracción de combustibles fósiles. Esta consulta es la contribución del Ecuador a la lucha contra el cambio climático y es una apuesta para desarrollar nuestro enorme potencial como economías para la vida, para la vida digna humana y no humana, para las futuras generaciones.
Esta consulta no es una declaración contra nadie, todo lo contrario. Esta consulta es para el futuro, para el mundo, para quienes lo habitamos hoy y quienes lo habitarán en el futuro. No busca ninguna revancha, apunta a construir el bienestar de todas y todos a través de la preservación y protección de los bienes públicos colectivos: el agua, la naturaleza, la vida.
Al mismo tiempo, esta consulta es una victoria de los sectores sociales históricamente más oprimidos de la sociedad ecuatoriana y global. Es un triunfo de los pueblos indígenas frente a la arremetida colonial que busca desposeer a los últimos pueblos en aislamiento de su hogar. Es una victoria de una justicia social que busca materializarse más allá de los vaivenes de la dependencia petrolera y la lógica privatizadora. Es una victoria porque pone el cuidado y el bienestar de las mayorías por encima de la acumulación de la riqueza en manos de unos pocos. Es una victoria de los derechos humanos, de la libertad y de participación democrática, de una democracia radical en la que el pueblo puede decidir realmente por su presente y futuro. Es una victoria del pueblo ecuatoriano que supera y desborda cualquier oportunismo y pretensión de instrumentalización que puedan tener los candidatos y candidatas de turno, para quienes el Yasuní y la lucha por la vida pueda ser una moneda de cambio.
Esta es una consulta que no surge desde arriba o por mandato de algún presidente de turno, esta es una consulta que nace desde abajo, que es colectiva, y que representa a las grandes mayorías sociales del país. La lucha por el Yasuní es tan diversa como la biodiversidad del Yasuní, y por ello todos los sectores que ven en la consulta una posibilidad de esperanza y de un futuro mejor debemos autoconvocarnos. Los pueblos y nacionalidades indígenas, las comunidades negras y afros, montubios y mestizos; quienes habitamos la Amazonía, la Sierra, la Costa y por su puesto Galápagos; los colectivos sociales, ecologistas, animalistas, lxs trabajadorxs y organizaciones sindicales; las organizaciones feministas y de diversidades sexuales; lxs estudiantes de todos los niveles, los barrios organizados, el movimiento campesino, los gremios, los medios de comunicación, hombres, mujeres y personas no binarias, así como a cada persona y cada familia de la sociedad ecuatoriana le decimos Sí al Yasuní.
Hoy es tiempo de cambiar el Ecuador y de ser responsables con nuestro presente y nuestro futuro, hoy es tiempo de imaginar un país diverso, intercultural y plurinacional que supere un modelo injusto y desigual que no ha resuelto los enormes problemas que existen; hoy podemos darle un respiro al planeta y ser un referente mundial de cómo, en medio de la crisis más aguda, somos capaces de hacer del cuidado de todxs y de la naturaleza una posibilidad de vida. Solo en el cuidado de la vida digna, humana y no humana, de los ríos, las selvas, los páramos, los manglares, el mar, las lagunas, las cuencas, la tierra y sus semillas, los animales y las plantas, el Ecuador podrá superar los múltiples agravios de los poderosos. Es tiempo de que los pueblos cambien la historia, es tiempo de que la luz de la esperanza regrese a nuestras vidas. Es tiempo de decirle Sí al Yasuní.
#SíalYasuní