Skip to main content

YASUNIDAS SE HERMANA CON MUJERES DIVERSAS EN LA AMAZONÍA PARA LUCHAR CONTRA LA CONTAMINACIÓN PETROLERA

|

Entre el viernes 22 y el domingo 23 de junio, un grupo de YASunidas viajamos hasta la Amazonía Ecuatoriana en Lago Agrio, en el Centro de Monitoreo de Acción Ecólogica, para participar de un encuentro de mujeres en defensa territorial con compañeras indígenas de 6 nacionalidades: kichwas, cofanes, sionas, secoyas, shuar y awá, compañeras afrodescendientes y urbanas de colectivos feministas.

En este encuentro nos acompañaron Moira Millán, weychafe (guerrera) del pueblo Mapuche, y la compañera indígena de Cotacachi, Kuymi Tambaco.

Kuymi abrió un espacio para compartir experiencias y saberes en relación a nuestros cuerpos y territorios, en base al diálogo y al movimiento del cuerpo, favoreciendo reflexiones colectivas y creando espacios para el aprendizaje mutuo desde una mirada feminista comunitaria. Las Yasunidas, tuvimos la suerte de poder aprender de nuestras hermanas indígenas que estaban presentes y compartir con ellas este diálogo desde lo que nos vincula en cuanto a la defensa de los territorios como mujeres.

La reconocida weyfache mapuche, Moira Millán, nos compartió su mirada sobre las problemáticas específicas de las mujeres indígenas, compartiendo con nosotras saberes sobre la sacralidad de la vida en los territorios, proponiéndonos reflexiones sobre la libre determinación frente a la plurinacionalidad, el tutelaje de las mujeres por parte de la religión, el Estado, los hombres y las ONGs, así como sobre el derecho a maternar, abriendo análisis muy interesantes para pensar la vinculación entre los saberes del pueblo mapuche, las mujeres y la defensa de los territorios.

El encuentro terminó con una ceremonia ancestral andina que formó parte del intercambio de saberes y que compartió una compañera kichwa de Otavalo, la Mama Patricia, y que revitalizó nuestras energías para la defensa territorial con el grito de las guerreras mapuche “ya, ya, ya, ya”

Las Yasunidas junto con Moira Millán, realizamos al día siguiente un toxitour por la Amazonía petrolera. El toxitour es un recorrido por las zonas contaminadas por la explotación petrolera de la parroquia Pacayacu, cantón Lago Agrio, donde se ubica el área petrolera «Libertador» y conversar con los y las afectadas por la contaminación de las petroleras. Esta zona también es emblemática por ser el lugar donde operó la Texaco y que hoy día es operada por la empresa estatal Petroecuador, que está generando impactos similares en la zona.

Nuestro recorrido empezó con una antigua piscina de desechos al aire libre, repleta de residuos tóxicos petroleros. Pudimos constatar como se echaba el gas residual –quemado o directamente – en el aire, y como afectaba negativamente la salud de las personas que allí viven. Varias personas afectadas nos contaron cómo los continuos derrames petroleros contaminaban el agua, y cómo eso ya no les permitía producir alimentos, y sus animales estaban muriendo también por la contaminación, obligándoles en muchos casos a trabajar, perversamente, para quienes les está contaminando, para la empresa petrolera.

Oímos la historia de un productor que tenía problemas de piel por la contaminación del agua, que había perdido su esposa por cáncer, cuyo hermano estaba también enfermo, y cuya hija estaba en el hospital porque había tenido la mala suerte de encontrarse cerca deun tubo de aguas de formación (el agua que sale del subsuelo junto con el petróleo) cuando éste se rompió. Cualquier persona viviendo cerca de la zona explotada nos hubiera podido contar una historia similar, porque la cantidad de cánceres, de enfermedades de piel, de malformaciones y otras enfermedades es altamente superior a la media en el Ecuador.

También, nos quedamos consternadas por el hostigamiento de la empresa petrolera, que pudimos vivir en primera persona, con los continuos seguimientos y acoso de la empresa de seguridad de Petroecuador, contra nosotras y las personas que nos acompañaban: cinco veces nos preguntaron qué hacíamos e intentaron intimidarnos. Pero, cinco veces nos pareció muy poco frente al hostigamiento diario que viven las familias opuestas a la explotación allá y a las amenazas que reciben.

Queremos denunciar también que en este escenario de hostigamiento, hemos tenido conocimiento de la historia de Wilson Suárez, un poblador de Pacayacu que ha sido clave en la zona por sus continuas denuncias, quien realizaba toxitours en la zona y por la resistencia que promovía ante la situación que viven las comunidades, y un referente en la zona de la lucha por el agua. Ahora Wilson Suárez está preso y es un ejemplo encarnado de las estrategias desplegadas para acallar las voces que se oponen al extractivismo.

Terminamos nuestro recorrido visitando “La Feria de la Esperanza” en donde conocimos a una compañera de la Clínica Ambiental que había desarrollado una finca agroecológica y cuya experiencia desde la agroecología permacultural y la salud colectiva era la esperanza de una reparación socioambiental para la zona. Nos dio esperanza ver que incluso en esta zona se podía proponer alternativas viables y saludables a la explotación petrolera.

Este viaje de nosotras como Yasunidas a la Amazonía, nos impulsa a seguir luchando por la preservación del Yasuní, no queremos que algo tan atroz como lo que hemos visto en Sucumbíos, pueda terminar ocurriendo en el lugar más biodiverso del mundo y hogar de los pueblos aislado. Nos reafirmamos que nuestra lucha como Yasunidas es por los derechos de la naturaleza y también por la emancipación de nuestros cuerpos y nuestros territorios.

Yasunidas Nacional

#JuntasPorElYasuní

COMPARTE EN TUS REDES SOCIALES: